
miércoles, 3 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
Muro (Posible parte final)
Muro (Parte 3)
viernes, 29 de octubre de 2010
30/08
No title
lunes, 25 de octubre de 2010
Es mi existencia lúgubre agonía
Somos cráteres de lo que nos va quedando de éstos mundos adversos.
Somos piedras caídas, derrotadas. Que hoy pagan por aquellos actos fallidos.
Somos vitales, somos decididos.
(Y con eso nos aventuramos a actuar)
El pasado nos jugó tantas veces en contra, dejando huellas imborrables.
El pasado nos atacó inadvertidos haciéndose presente con su divina brusquedad.
El pasado se hizo presente así, sin más.
(Y con eso nos aventuramos a ser)
Soy una pizca de vida de todo éste manjar de pies inalcanzables, de manos ágiles, de manos vívidas.
Soy el aire que corre por los jardines del universo exterior.
Soy a veces lo que puedo, otras, lo que pretenden de mí.
Pero al fín y al cabo los cielos tronados, grises y electrificados, pueblan mi esencia interior.
Pero al fin y al cabo son unánimes los infiernos que se expresan en el latir de mis ojos negros.
(Y con eso yo existo)
Y me dan la oportunidad de elegir.
Y me dan una supuesta libertad de ser.
¿Cómo se yo que la estructura no domina hasta en esa supuesta libertad que abiertamente me proponen?
¿Cómo se yo que ese pasado que se impone no es más que presente y futuro que espera por ser vivido?
¿Cómo se yo?
Y con eso nos aventuramos a actuar.
Y con eso nos aventuramos a ser.
Y con esto me aventuro a existir.domingo, 17 de octubre de 2010
martes, 5 de octubre de 2010
No me acuses de homicida, aún sigues con vida.
Ex cabecera.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Muro (Parte 2)
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Muro (Parte 1)
martes, 14 de septiembre de 2010
¿Qué cuánto más a cuánto menos?
Compases de luces revertidas a deslumbrar. Retumban las almas que se escapan, se escapan para no ser ellas mismas, nunca más, más. Reverciona la historia de vida. ¿Que cuánto más a cuánto menos? Si me entrega el alma empedernida y no pretende revolver en los escombros de la cabeza cuadrada de cada uno. Si tiene la valentía de cavar un pozo en la tierra que nos lleve hasta el otro lado del mundo, viajaré con él hasta el fin del arco iris y redoblaré la apuesta de existir a costa de lo que uno siente y pretende vivir de sus sueños. ¿Qué cuánto más a cuánto menos? No se agota la posibilidad de existir, si ya el suicidio vomitivo de alegría no funcionó conmigo. Te lo aclaré desde un principio, no ibas a poder culminar mi existir, si yo ya lo intenté y el corazón retumbó como el concreto de tu rabia. E hizo que yo me ate a mi alma, y que le entregue el honor de capitana de mis rumbos. ¿Rumbos? ¿Camino? Desvío el pasaje hacía dónde pretendo, con los ojos cerrados. Es la mejor manera que encontré para llegar al fin del cerro, al principio del cielo, en donde el auge del mar es tan real como inconcluso. Recapitulo la existencia y con un yunque quiebro la brújula de alfiler. Mientras tanto, mientras pueda escabullirme de la ausencia de valentía en tu prescribir. Mientras tanto, mientras deje de lograr mirarte con ojos de miel. Mientras tanto, hasta que tu lámparita se encienda y se escuche el ¡Clic! en tu cabeza. Mientras tanto... ¿Qué cuanto más a cuánto menos?
lunes, 6 de septiembre de 2010
Sin embargo, es inconmensurable la manera en que me movilizas. Destruyéndome la existencia y estructurándomela de repente. No pareciera que el artificio del dragón resultara al fín tan impredecible. Tan flexible y poco definible. Y si se me parte la cabeza como roca, es porque yo le permito que tenga movimiento, que funcionen sus engranajes. No tienes la culpa de que la cabeza machaque, machaque, machaque. Nadie tiene la culpa. Son las humildes salidas que creo que tengo al alcance de la mano para enfrentar la ardua tarea de luchar con a veces, contener mi amor por tí.
Gusanos
Separándote de los ambientes que te vieron ser vos mismo.
¿Los gusanos ya se tragaron lo que queda de tu corazón?
¿O esperan los huesos de lo que quede del cuerpo de tu amor?
Los demás siguen el camino. Y no se detienen a esperarte, no se detienen corazón.
Estas bañado en sangre azul y te crees feliz.
Y la culpa es de los demás.
Y el heufemismo que es tu existencia, se diluye en las cloacas de tu ilegítima libertad.
Al mundo le resulta patética tu mirada.
Y a vos te resulta el mejor plan nunca antes ideado.
Tal vez salgas algún día de tu círculo de pedante actitud.
Cómo me gustaría escribir realidades y no posibilidades.
Para entonces, el reloj de arena habrá terminado su vuelta.
Y los que siguieron el camino, llegarán.
Y los que se quedaron en el camino, se quedarán.
Caer en las redes de escribir, es un pasaje a la realidad.
Tu defecto es el mío
No te acerques tanto que te puedo lastimar, y no me hago cargo de nada.
lunes, 16 de agosto de 2010
Para atentarse contra el mundo primero asegurece de existir, ante todo. Sienta por momentos el aire viajar en sus entrañas. De acuerdo, ahora respire de nuevo.
¿Siente cómo impactan en usted los rayos de sol, de vida? ¿Oye los pájaros cantar para usted? Ya apuesto también, a que tiene el sabor aún, del café que desayunó en la mañana.
Muy bien, el paso siguiente es confirmar su existencia con sus sentimientos, de los que, hoy declaro, es esclavo.
Lo que surgió por lo que me dijiste amigo...
muere quien no decide, ¿Decidir es accionar? ¿Decidir es pensar? ¿Muere quien no piensa? Si es así, puedo morir me bien muerta y contenta. Puedo morirme sin pensar, porque me niego a hacerlo. Soy esclava de mis sentimientos.
Pero te puedo asegurar que no me voy a morir por no accionar.
Que no me voy a morir sin accionar
jueves, 12 de agosto de 2010
Decreto elemental.
A los distraídos de la vida,
a quienes aman sin límites, sin reglas y sin libro de quejas.
A quienes entregan la esencia en un parpadear del mirar,
presten atención, cierren los ojos y abran las orejas.
Traigo las ultimas noticias del inframundo, y son ustedes quienes están principalmente, afectados, por esta decisión unánime del viento:
Se les dará la eternidad en la muerte del dolor.
Se multiplicará por infinidades la sensación de plenitud, sea de la forma que sea, que la obtengan.
Ya no se juzgará a quién amé como se siente.
No se matará, no se construirán barreras, ya no habrá cielo ni infierno. El mundo existencial de los sentimientos va a ser una misma burbuja dónde vamos a relacionarnos aún mejor, y más plenamente, como lo hicimos casi siempre.
Se destruirán los relojes de arena, para distribuir relojes de cristal sin principio ni final.
Se canalizará todo mal hecho por puro mal macabro, caído directamente desde el infierno del norte.
Hoy queridos míos, cada pasión andante que nazca desde su interior tendrá la libertad debida para poder existir, para poder ser causa y efecto de lo que corresponda, y de lo que no.
Hoy la bomba estalla y los muros se derriban, caen para siempre.
Palabrerío alterado por necesidad(o por puro capricho).
Réplica absurda,
de lo que debió ser o no.
¿Quién es el que manda en éstos juegos perversos?
Máldito sea tu poder sobre los amantes indignados por las trabas que os colocais en el camino.
Ya no sé si juego para el demonio o para quien me aturde el pensamiento.
Decido que es más sano latir danzando al rededor de la fogata infernal de los deseos.
Y, ya no es absurda la réplica, de vivir muriendo, de nacer al morir, de abandorme para renacer.
Lo que late.

Los labios me arden. Y me es una tarea agotadora existir sin la contención del amor en su pura expresión.
A veces recapitulo la situación y me baño en culpas por segundos. No mur segura de ésto, lo hago. Y tengo la piel negra de mierda por minutos.
Salir a flote, con los brazos. Remontar fuerzas desde el fondo del mar, me está costando mas de lo normal. Y yo no sé si es un efecto fluvial de lo distante, o es el tiempo que me atravesó como una daga estancada en el pecho.
Algo me dice, o me grita, que la solución no es escaparse de las profundidades del verde mar. Mis cadenas voluntarias quedan selladas en ésta dimensión desconocida, que, según parece, me conseguí por mis propios medios, por mi propio mérito.
martes, 10 de agosto de 2010
Una tarde de Santa Fe
El sol entra del patio impacta en el lado derecho de mi rostro. La luz me ilumina, y eso me puede hacer sentir más viva.
Escucho el televisor y lo que reproduce. Escucho a mi madre charlando, y a un teléfono que suena. ¿Será para mí? Tal vez alguien se acordó de mí, y tiene una receta para hacerme sonreir sin una rápida razon escrita.
Sí, mis zapatillas hoy también son violetas. Mi pelo es marrón oscuro, como todos los días, y mis ojos no tienen un color distinto al casi negro habitual.
¿Es solo un día más de la realidad en ésta burbuja de existencia?
No voy a afirmar ni negar ésa pregunta.
Puedo convertir al volcán de lava ardiente que quiere salir de mi boca, en una ópera de voces que expresan libre, cordial y serenamente todo deseo y miedo que pasa por sus cabezas.
Hoy es un día más, sólo si yo lo quiero.
(Tenía encadenado en el corazón la culpa de vivir amarrado a amores que podía distinguir. Dónde confundía valentía de tristeza. Dónde las decisiones llegan tarde, y el reloj de arena se rompe, cuando ve la espalda del esbelto cuerpo de su amor marcharse)
P/S: No reflejo solo mis amores. Hay más de un protagonista en mi mente.
jueves, 5 de agosto de 2010
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"De acuerdo -dijo quién así, acepto su condena- si vale ya que no valga ni el arrepentimiento, ni los cambios fotuitos en la aplacada mente humana, destruída, estoy de acuerdo acepto mi condena."
El juez, se levantó impotente, llevando consigo, además de su frente alta, y de sus ojos fulminantes, cargaba entre sus manos amarillentas el juicio final a los amantes del bosque zul.
Sería tal vez, la causa más complicada que le había tocado resolver en toda su carrera. No por el caso, no por la resolución, ni por algún inconveniente en encontrar al culpable. Allí todos eran culpables. Llevaba consigo, cargado en el cuerpo encorvado, el mayor plan ideado para poder fulminarse, derrochándose sobre la racionalidad. Discriminando el mundo cuadrático que no escuadra en sus ángulos exactos. Era tan tentador unirse a quienes desafiaban a los indezafiables, a los injuzgables, a quién nadie se atrevía a cuestionar. Y ésos culpables, de entregarse a todo lo que esta encerrado en una jaula en la vida, los culpables de abrir con la llave de la lujuria enredada con un dote de erotismo y algo más de una dosis vital de fuego, había por fín, derribado los muros adictivos, aqiellos que todos llevamos dentro.
Era el quien ahora los juzgaba. Sentía culpa por momentos. Sentía impulsos y deseos ¿No sería muy bajo de su parte? ¿Escandalizarse a aquellos sueños olvidados por sí mismo? ¿Culpables de qué? ¿Qué condena logra ser condena luego de haber encontrado el extasis culminante de la vida? Los interrogantes tenían una fiel arquitectura dentro de su criterio analítico.
"Me declaro culpable. Me entrego a la condena de quién no puede optar por beber del elíxir de la exquisita felicidad por fin conjurada, me entrego a quien cierra los ojos ante el mapa hacia el Aberno, me entrego, sin miedos. Somos nosotros, los acusados y las víctimas, quienes al fín, tienen el secreto de la existencia. La llave de fuego que abre cualquier puerta que latan como un par de piernas encabritadas. Somos nosotros. Y discúlpenme señores, pero ha llegado hasta aquí mi desenfrenado deseo de hacer a ustedes, seres atrapados, hacer salir de la razón, y entrar por fin a guiarse por lo que se debe. ¿Por qué cosa? Preguntarán, lo siento, me estoy entregando a mi condena"
jueves, 29 de julio de 2010

Antes, lo besaba, y algo en él se despertaba.
Veía tanto hombre allí. Tanto salvajismo virgen de libertad, de campo para expresarse, para vivir.
No pude curar su ambición.
miércoles, 28 de julio de 2010
Su majestad

Su majestad, sentada en el altar, con corona de lata, tapado de trapo, y un dedo de hierro para dar ordenes.
Triste vida.
Oscura poesía dilatada entre licores de limón, bañada de lágrimas de dolor. Sin felicidad.
La luz del exterior, traída por la ventana, le golpeaba en la cara. La invitaba a viajar. A la libertad, quizás.
Dudaba tanto esa mujer. Nunca se supo si sabía su nombre en cuestión. Las dudas matan, le dijeron. Y de ahí en más, nunca se calló.
No juraba por nada más que florecer ante los ojos de quien se habia enamorado aquella vez. Ante esos ojos azules, y ese claro y ondulado cabello. Que la llamaba a enredarse en él.
¿Qué otra cosa podía hacer?
Nadie justifica sus actos.
Pero cuando entré a la habitación, vi el espectáculo de piernas que siempre uno imagina e idea en lo más profundo de sus fantasías. Cerré la puerta de golpe. Era demasiado para mí, yo era un simple bufón. Al instante, salió corriendo ella con sus vestidos entre las manos, y volteó su rostro y me sonrió, feliz. Dejaba pétalos de rosas en su andar... el iba detrás, persiguiéndola, recogiéndolas.
A esa mirada y a esa expresión no la olvidé desde que la vi. La hija del dolor me sonreía, con la perfección que un rostro puede proyectar y confesar así, la felicidad inmune de un sueño soñado, armado, creado, pensado e ideado, pero al fín, como su rostro dejaba en claro: cumplido.