y dos esferas gigantes empezaron a girar
empezó a salir fuego de ellas y se convirtieron en sol
empecé a verme reflejada en ellas
y se convirtieron en tus ojos, luminosos.
Luminosos de andar y de ser
de redescubrir el interior del otro en uno mismo
¿Qué es lo que hace que se reproduzca el mismo pensamiento monótono todo el tiempo, en todo de todos?
En el desesperante estancamiento de los que creemos que ser sujetos críticos es un puente al pensamiento revolucionario que nos lleve al punto de equilibrio y plenitud en nuestras vidas, me encuentro.
¿Cómo puedo estar segura de que mi opinión personal es absolutamente mía?
Si me dicen qué pensar, desde que mi mente empezó a dar forma.
Si me dicen cómo actuar, antes de saber sostenerme en mis propios pies.
Si lo último que pretenden es que tenga total autonomía en mi andar y pensar.
Y es ahí en cuando redundo al pensar que estoy casi obligada a seguir ése camino de felicidad que los trajeados me imponen.
Si descubrieran en verdad, que cuando todo el lucro se esfuma, y las joyas y el oro dejan de determinar el poder y las oligarquías sociales, no hay más felicidad para ellos, que la felicidad nunca existió para ellos. ¿O en verdad creen que por señalar con un dedo a multitudes no pensantes y ciegas de sus actos, son realmente plenos en felicidad?
No sé quién soy yo, ni cuán libre de la idea de felicidad material capitalista soy, cómo para decir que la plenitud de ésta vida va más allá del modelo de mi auto, de mis bolsillos llenos de billetes verdes y mi dedo índice totalmente poderoso al indicar el sentido en que las vidas de las personas, atadas al mercado consumista, deba correr. Pero lo grito a los cuatro vientos porque el vivir en la verdadera vida de ésta ciudad me enseñó la contención del abrazo de un amigo, la plenitud del sol impactándome su calor, el aroma de un beso en la mañana, la sonrisa de mi madre que vale mucho más que todo el oro del planeta, la mano de mi hermano tomada de la mía con firmeza. Y aunque no sepa quién soy para determinar la plenitud de tu vida, entre la experiencia y la alegría de la mía, te puedo decir con total convicción que a mi plena felicidad la encuentro en ésas cosas. Y que nadie me va a imponer que así no es.
Y aunque los que quedamos fuera del sistema veamos cómo se siente el burgués en su poderío absoluto, y veamos la diferencia del vacío que deja el dinero sin un abrazo afectuoso, y la mano que me tiende mi hermano para rescatarme de la miseria en la que vivo, porque un grupo poderoso así lo decidió. Porque las hienas hambrientas y ahogadas de ambición decidieron que yo sea el pozo ahogado, el plato vacío, la escolaridad nula y una vida que corre totalmente paralela al progreso que ellos llevan cómo lema y propósito(para sí mismos).
¿Qué es lo que hace que se reproduzca el mismo pensamiento monótono todo el tiempo, en todo de todos?
No les tengo miedo y ellos me temen a mí, porque además de ser capaz y tener la valentía de pensar, critíco la manera en que nos manejan como a un manojo de mierda, la manera en que nos hacen sentir un manojo de mierda, y tengo la suficiente humildad para criticar mi opinión personal hasta tener la completa certeza de que tan personal es.
Para abrir los ojos, y hacernos de los micrófonos necesarios para hacer de una concientización en cadena. Para recrear todo el tiempo aquella opinión de ser, y llevarla más allá del pensamiento, convirtiéndola en accionar revolucionario, al pretender un mundo mejor, dónde no existan ni manojos de mierda, ni dedos índices que nos impongan cómo y qué pensar, ni ningún trajeado que mida nuestra felicidad, que nos diga que es la felicidad y cómo conseguirla. Si ni siquiera ellos pueden ver que las montañas de billetes no llenarán jamás los vacíos que deja la ausencia de amor y amistad.
Porque crear nuestra propia felicidad, tomando el verdadero sentido que debe correr nuestra vida es total responsabilidad nuestra, tengo el optimismo suficiente de que cómo yo pude ser capaz de cuestionar hasta mi propio pensar, cualquier otro que lo quiera, puede formular y accionar su pensamiento para conducirse a sí mismo a su propio destino. Creando paso a paso su felicidad, totalmente independiente de la que nos quieren imponer.
Porque tu pensamiento accionando puede construir el andén a que todos hagamos lo mismo, y es eso a lo que verdaderamente les temen quienes pretenden apagar nuestra mente para que no veamos cómo se llenan los bolsillos a costa de nuestra miseria.
Porque cuánto más sujetos críticos haya, habrá más posibilidad de que pierdan el poder económico-social que los mantiene manejando vidas. Y es tu responsabilidad y la mía, poder ver, que al ver cómo manejan nuestras vidas, dejan de manejarlas, en ése mismo instante. Cuando somos conscientes de que juntando fuerzas, y persiguiendo nuestras utopías, somos capaces de lo que se nos proponga.
Salud
Pareciera ya innato la necesidad de expresarse con una pantalla y un teclado.
Me pregunto así, ¿Cuánto influyo en el arte la tecnologización neoliberal globalizada de las comunicaciones?
No te descuides, que en un abrir y cerrar de ojos las redes sociales pueden hacer una verdadera red tu vida social; y cuándo no sepas para dónde disparar, y no entiendas de qué manera interpretar el fenómeno virtual, ya habrás perdido a tres amigos, y quizás a tu pareja.
He caído como todo objeto que no fue crítico al utilizar o dejarse utilizar por otra herramienta para tenernos acorralados, y con la mente apagada, de este sistema.
Con la ingenuidad de verle el lado positivo a los avances tecnológicos, ingresé como todos. O ingresé porque ingresan todos. Sin darnos cuenta el modo en que nos están imponiendo comunicarnos, relacionarnos. No es tan sencillo y fiel como invitarte a tomar un café y debatir sobre lo que sea, o hacerlo como una dulce excusa para mirarte a los ojos. Acá tus ojos me miran en las fotos, y subís cada vez más, para que te veamos más, para que nos guste más. ¡Que cuánto más guste más sexy soy! (Y más gente tiene acceso público a vos)
Cómo en todas las cosas polares en la humanidad, es decir, que tienen sus lados positivos (si descubrimos un buen uso y aprovechamiento del mismo) y que tienen sus lados negativos (que nos traen consecuencias si no somos consientes de la masividad y la propuesta del medio).
No quiero ver tus charlas con mis amigas, ni mis amigas de tus amigas de mi pareja del cuñado de mi hermana poniendo me gusta en las fotos de tus vacaciones. ¿Invitarías a mis amigas de tus amigas de mi pareja del cuñado de mi hermana a tu casa a mostrarle un álbum de fotos no virtual?
¿Sacas fotos de tus buenos momentos, o sacas fotos de vos mismo sacando fotos?¿Dónde quedo el valor del recuerdo y el arte de dejarlo grabado y guardado en la fotografía, si me fotografío hasta cagando para que todos sepan que lo estoy haciendo? Porque en verdad, todos van a saber que estas cagando.
Me propongo asemejar ésta realidad virtual, con la realidad que es realidad en realidad. Y que lo enfoquemos del mismo modo, y aunque cada uno tenga un punto de vista distinto con respecto a la globalización de la comunicación, sepamos diferenciar qué nos imponen y qué no. No perdamos el gusto por el modo en que nos da gusto relacionarnos con los demás. Seamos consientes en realidad de la imposición, y que la decisión sea nuestra. Que logremos decidir si queremos compartir semejante intimidad, o si podemos enfrentarlo en verdad como un medio más, más peligroso, más tramposo y con consecuencias más difíciles de saber manejar de los que estamos acostumbrados a usar.
Brindo por el uso consiente y realista. Por el verdadero gusto de poder comunicarte con tu amigo de indonesia en un mismo instante.
Brindo por evitar facebuquear con tu vecino, cuando puedes invitarlo a pasar a tu casa, charlar y tomar un vino.
Brindo porque no sea necesario llegar a consecuencias molestas, o ser una víctima de esto para tener que ser responsables con su uso.
Y entonces parece todo intento inútil.
Inútil cuando vuelven a traspasarme como un puñal, tus hirientes cotidianas palabras.
Inútil al sentirme nuevamente impotente de poder seguir en el camino api edrado que me van dejando.
Y entonces es la cruda cotidianeidad, tan hermosa en los descendientes. Tan pura de nobleza y juventud. Tan desesperante cuando todo se amontona y nadie sabe qué rumbo tomar, que camino trazar, que palabras usar, cual mano tomar.
A veces doy ésta lucha por perdida. Si éstas palabras están siendo escritas, en éste momento dí todo por perdido. Pero al replantearlo en el arte, le brindo una nueva oportunidad de existir en mi al sueño de que la humildad sea el trato que debamos tomar en el día a día, si tenemos la necesidad de vaciar de piedras el camino que le estamos dejando a los de atrás. Si en verdad nos preocupa el camino que le estamos dejando a los de atrás.
Y entonces todo deja de ser inútil, cuando mi sentimiento egoísta al sentir sólo mis lágrimas caer, al sufrir sólo mis lágrimas caer, se disuelve, en una nueva oportunidad de existir para los humildes sueños.
Recuperando la humildad tardía, para poder amontonarnos y descubrir, que la felicidad es una sola para todos, cuando nuestras almas se respetan y aman, en familia.
Fue entonces que las gotas de lluvia golpearon su cara, como una suave caricia colmada de frescura, logrando cesar aquella sed interminable que lo poblaba.
Se chocó con su mirada sorprendida, que le expresaba mucho más que lo que sus palabras decían. Yo sé que sentís lo mismo que yo, y siento como las palabras me galopan en la boca sin atreverse a mostrarte la verdad, la verdad literal ¡Si ya te dije todo con los ojos!
Y en el momento eterno de euforia animal, de calor abismal, de sed abominable de recorrerte con los labios; la bomba estalla y se enriendan mis brazos con los tuyos. Oh madre selva, si es esto tan fiel como el caer de las hojas en otoño, si es esto tan natural como el florecer de una margarita, si es esto tan real como el canto del jilguero. ¡Si ya te dije todo con la piel!
Me encuentro agobiada en un instante pequeño, pero pesado como cemento. Intentando recuperar la agilidad con la que me desenvuelvo habitualmente al amarte, al sentirte, al vivirte.
Me abofetea la cruda realidad de que mis miedos me gobiernan, y me hacen perder oportunidades únicas de expresarme ante ti. De ser sincera para mí. De liberar el avispero, y poblar el horizonte interior de la calma que brinda la libertad.
¡Si ya te dije todo con los besos!
Un día más caminando de tu mano, que podría ser el último, o el andén de recorrer el infinito tiempo del arte de estar juntos. Recaigo en la realidad, en la bofetada de tenerte para siempre o nunca más.
Digo que te dije tanto, y todavía me callo tantos sentimientos.