miércoles, 29 de septiembre de 2010

Muro (Parte 2)

De los dos lados se ve de la misma manera, ¿No?. ¿Qué es lo que me pierdo por estar debajo de las rocas, dentro de la lava del volcán, al otro lado del río? El muro es igual de alto si la filosofía personal me permite creer que lo imposible deja de desembocar en nuestros pensamientos, en nuestras metas y posibilidades. Aún sigo sentado y luchando con la duda existencial de dar por existente o no al muro. De sentirme más o menos por estar ubicado en dónde me encuentro. No doy crédito a la opinión de que por estar aquí no estoy bailando febrilmente por encima de las rocas, desarmando guerras eternas fuera de la lava, o siendo amada del otro lado del río.
Para finalizar éste capítulo de la muralla relatada, puedo dar por sentado que: La ubicación espacial no infiere en el acto espiritual, mental y emocional de quién pretenda existir y actuar cómo le sea más satisfactorio para sí, más allá del espacio físico absoluto en el que la materia que forma su cuerpo resida.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Muro (Parte 1)

Me siento en el muro más al to. Miro más alto de lo que miro todos los días. Sí, mis ojos son  como rayos x que traspasan cada rostro, cada mirada, cada muralla creada para redistribuir las riquezas del dolor. Las ganancias del ayer, y el poder del pasado que se ata al presente, el muy picarón. Resulta que quizá, estamos ya varados en donde esperamos estarlo. Resulta que quizá, la mente es la reina de lo corpóreo. Resulta que quizá, tantas cosas. Tanto podría resultar. Tanta variable hay en la realidad. Tanta posibilidad de existir aún más allá. Y quiero reprimir ese inconsciente deseo de pensar en posibilidades y no deslumbrar creando la pura realidad. 
Alpargatas sucias de tanto andar, clavan su mirada en la cruz del mar. Revisaba las cuestiones científicas del sentir, y sentía sentir tanto sentimiento ambiguo. 

martes, 14 de septiembre de 2010

¿Qué cuánto más a cuánto menos?

Compases de luces revertidas a deslumbrar. Retumban las almas que se escapan, se escapan para no ser ellas mismas, nunca más, más. Reverciona la historia de vida. ¿Que cuánto más a cuánto menos? Si me entrega el alma empedernida y no pretende revolver en los escombros de la cabeza cuadrada de cada uno. Si tiene la valentía de cavar un pozo en la tierra que nos lleve hasta el otro lado del mundo, viajaré con él hasta el fin del arco iris y redoblaré la apuesta de existir a costa de lo que uno siente y pretende vivir de sus sueños. ¿Qué cuánto más a cuánto menos? No se agota la posibilidad de existir, si ya el suicidio vomitivo de alegría no funcionó conmigo. Te lo aclaré desde un principio, no ibas a poder culminar mi existir, si yo ya lo intenté y el corazón retumbó como el concreto de tu rabia. E hizo que yo me ate a mi alma, y que le entregue el honor de capitana de mis rumbos. ¿Rumbos? ¿Camino? Desvío el pasaje hacía dónde pretendo, con los ojos cerrados. Es la mejor manera que encontré para llegar al fin del cerro, al principio del cielo, en donde el auge del mar es tan real como inconcluso. Recapitulo la existencia y con un yunque quiebro la brújula de alfiler. Mientras tanto, mientras pueda escabullirme de la ausencia de valentía en tu prescribir. Mientras tanto, mientras deje de lograr mirarte con ojos de miel. Mientras tanto, hasta que tu lámparita se encienda y se escuche el ¡Clic! en tu cabeza. Mientras tanto... ¿Qué cuanto más a cuánto menos?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Sin embargo, es inconmensurable la manera en que me movilizas. Destruyéndome la existencia y estructurándomela de repente. No pareciera que el artificio del dragón resultara al fín tan impredecible. Tan flexible y poco definible. Y si se me parte la cabeza como roca, es porque yo le permito que tenga movimiento, que funcionen sus engranajes. No tienes la culpa de que la cabeza machaque, machaque, machaque. Nadie tiene la culpa. Son las humildes salidas que creo que tengo al alcance de la mano para enfrentar la ardua tarea de luchar con a veces, contener mi amor por tí.


Gusanos

Te enredaste en tus propias redes, aislándote del mundo que te vió nacer.
Separándote de los ambientes que te vieron ser vos mismo.

¿Los gusanos ya se tragaron lo que queda de tu corazón?
¿O esperan los huesos de lo que quede del cuerpo de tu amor?

Los demás siguen el camino. Y no se detienen a esperarte, no se detienen corazón.
Estas bañado en sangre azul y te crees feliz.
Y la culpa es de los demás.
Y el heufemismo que es tu existencia, se diluye en las cloacas de tu ilegítima libertad.

Al mundo le resulta patética tu mirada.
Y a vos te resulta el mejor plan nunca antes ideado.
Tal vez salgas algún día de tu círculo de pedante actitud.
Cómo me gustaría escribir realidades y no posibilidades.

Para entonces, el reloj de arena habrá terminado su vuelta.
Y los que siguieron el camino, llegarán.
Y los que se quedaron en el camino, se quedarán.

Caer en las redes de escribir, es un pasaje a la realidad.

El abismo de la realidad no me sofoca más de lo que lo hacía antes. Y ahora sí estoy escribiendo y contando sobre mis vivencias personales, y no creo ficciones abiertas a esconderme en sus frases.

Tu defecto es el mío

Tengo el alma hecha pedazos y, a partir de acá no me hago cargo de nada.
No te acerques tanto que te puedo lastimar, y no me hago cargo de nada.