No quito culpas. No recaigo en culpas. Culpas, no las hay.
Sentimiento, voluntad, rimbombancia, deseos ocultos entre palabras, posibles intentos de recapacitación, de re evaluar la situación, de dar otra oportunidad, de no permitir el final oscuro y lúgubre, de abrir la puerta para ir a jugar.
No conjugo el espíritu con la mente, cada pensamiento de tu cabeza está escribiendo tu futuro.
Le contesté, severa y esperanzada
de volver a existir en libertad.
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