jueves, 21 de febrero de 2013

.

















¡Si siempre andamos

con el pecado a flor de piel!

Vamos a tener que

descarnarnos

para caminar libres

del erotismo

inmundo

que no podemos evitar.

La liberación hostil

de la sexualidad femenina

los va a dejar de patitas en la cama

cuando descubran

que con nuestras palabras

creamos

más orgasmos

que ellos

con sus manos mentirosas.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Amaneceres tormentosos

Se me mancha el alma de tristeza
un manchón
y una nube negra que me persigue.
Pero no desespero
aunque me muero de la tentación
de soltar la soga
que tira
y mantiene vivo
éste caos
y salir
en búsqueda
de la libertad.
Pero entonces el nubarrón desaparece
una luz ajena a mí
desintegra aquellos truenos
amenazantes que me persiguen.
El amanecer se impone frente a mí
y me llena de optimismo
ajeno a mi cuerpo
que me nace desde adentro.
Totalmente oportuno a la luz repentina
que le dio un vuelco a mis llantos
y un repentino envión a mis ideales.
Tu sonrisa como escudo
tu luz como bandera
y tu alma custodiándome
son el eco de mis alegrías.
Un ala tuya, agita a una mía
volando juntas
en éste desierto pretencioso
totalmente convencidas
de que nuestra sed
va a ser saciada en cualquier momento
en el mismo vuelo
juntas.

Mordidas bélicas

Qué burbujeante era tu saliva
desentonando con la rigidez de la piel endurecida.
Tu cuello firme me convencía de hablarte en otro idioma
los colmillos se incaban en tus cuerdas vocales
dejándote sumido en el silencio de tus gemidos.
Te retorcías confundido
tu espalda necesitaba aún más suspiros
y uñas que reconstruyan
los cráteres
y el relieve lunar
de erotismo
que te florecía
cuando te sumergías
en el húmedo orgasmo
del perfume nebuloso
de su pecho,
incrustándose en tu sien.
Qué despreciable era la velocidad
con la que te vestías
y huías.

Amantes efìmeros


Sombras multicolores revisten las paredes
que nos observan cómplices del encuentro fortuito
e inevitable
indetenible
indisumulable
que vivimos.
Aferrado al cráter lunar
de la cintura
buscaba respuestas
a las incógintas de ése deseo prohibido
Resolvió recorrerla
y se deshizo de la moral
en aquel
tiempo y espacio preciso
en dónde le beso hasta el alma
que le dolía de locura.
Sus párpados se endurecían
negados a oír la epifanía
del ardor que los contenía
en sus revolucionarios
actos de cómplice lejanía.

Semilla impostergable

Resulta que quizás
tu boca esconde
un veneno letal
en sus pálpitos húmedos
y sea
algo que asesine a las absurdas culpas
que no puedo tener
que no puedo sentir
que no existen en mí.
Si te entrometés
en mi cama
buscando mi desnudez
inexacta
y encontrándote
con mi respuesta urgente
a tus manos
que me insisten
sin importarles
si me niego
si demoro en entregarme.
No sembraste la intriga en mi piel
encendiste el rito impostergable
de hacerle caso omiso
a lo que debería ser
pero que es imposible que sea.
Parecía valentía
tu mordida en mi cuello
(inocente)
que jamás hubiera estado preparado
para sentir tus susurros mojados
incitándome a lo prohibido.
No quiero poesías justificativas
si al fin y al cabo
te besé sin escrúpulos
te amarré a mi cuerpo desesperada
me aferré a tu espalda inconcevible.
Aletargada por la mente que se me quedó en blanco
sorprendida
de lo acertadas que habían sido tus caricias
que jamás me hubiera animado a entregarte.
Y en la eternidad del lapso temporal
en dónde nos amamos
le doy sepultura
(momentánea, quizás)
al ardor que generabas en mis entrañas con tus dedos húmedos e invencibles.