jueves, 7 de agosto de 2014

Encuentro inesperado.

Hoy me estrellé con mi propio reflejo sobre mi propio cuerpo.
También, me encontré con lo innegable
Con lo que no puedo arrancar de mí misma.
Hay cosas que están intrínsecas en mi vida.
O son directamente proporcionales a la vitalidad de mis personas.
Encontré un motor,
detenido en el tiempo.
(tiene la forma de un corazón).
El big bang del encuentro
de mi yo con mi otro yo,
el estallido de mi alma consigo misma
me detuvo por completo
y pulverizó la realidad.
Pues la realidad se escondía detrás de la verdad
que yo no sabía pronunciar.
Respiro lucha, transpiro amor, me transporto con la verdad
me conduce el sufrimiento de mis hermanos,
no me detienen los de arriba,
tengo miedo a veces
de perder,
de perder la convicción,
de perder el motor (con forma de corazón)
en el vacío profundo y oscuro del individualismo.
Perderme en mí misma, en mis propias discusiones
internas que nada tienen que ver
con el mundo que me rodea
y que pretendo cambiar.

Hoy me estrellé con mi propio reflejo sobre mi propio cuerpo.
Me habló, me abrazó.
Me recordó que el camino es duro
pero que en el horizonte
en el final
el sufrimiento del pueblo culmina
y se resuelve
en marcha ininterrumpida.
No me quiero alejar de lo que soy.