Siempre me escapo
de tener que
volver a verte
en mis poemas.
Siempre evito
volver a vivir
el ardor de sentirte
en las palabras.
Pero resulta que,
pareciera adicción,
encontrarte en cada párrafo
de mi ficción.
A veces me pregunto
¿serà real?
¿o mi imaginación
se entusiasmó tanto
que terminó
haciendo de vos
el mejor poema exacto?
A veces te encuentro sentado a mi lado
llenándome el tintero
con el que cargo la pluma
que reviste los versos que te dan vida.
En ésa consistencia turbia existis,
todos los días dentro de mí.
Y cuando encuentro tu yo verdadero,
se me esfuman las ideas
porque el tintero se queda sin tinta
y la pluma se derrite en mis manos.
Las hojas se me hacen cenizas
y al no tener la poesía
como salida
la lengua se me enreda
y se me hace un nudo infinito.
Pues cada vez que encuentro tu yo verdadero
nacen en mi boca un cúmulo de palabras
que se enfrentan desesperadas
para expresar algo
de lo que pasa adentro.
Pero caen en el abismo,
y se pierden en el enredo de mi lengua,
imposibilitada del decir.
Y mis ojos incrédulos,
buscan la forma de decirte
¡Abrazáme!
Que ya no le puedo
escapar a la tentación
de rendirme ante tu poesía
y dejarme fluir por tu lengua
que al soltar su palabra
vuelve a darle vida a la mia
cuando se encuentran
furiosas y felices
de sentirse en la humedad
de volverse una escupiendo fuego.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Dejé de modular aprendiendo a cantar
Mentiría si dijese
que en esta lucha
vos ya no estás
Mentiría si negase
que fuiste vos el que
me despertó a luchar
No estamos apagados
y con un beso me podes despertar.
No te comas la novelita
Abrite al crecimiento universal.
Mentiría si dijese
que en ésta lucha
vos ya no estás
Sería aún más ciego
si diría que no salís
al barrio a embarrar
Si el verde te dio la vida
proclamas unirte a ellos
en las oscuras avenidas.
Y tu sol amanece
y los cielos se enmudecen.
La realidad es ya tan obvia
que ni si quiera la podemos
nombrar.
La luz está acá adentro
¡Oh que será!
del día que descubramos
que no estamos limitados
si hundimos los pies
en el mar del pensar.
Porque hoy apagamos la tele
y vivimos la verdad
de poder sentir
que en esta lucha
ya no somos
sólo vos y yo
y nadie más.
Mentiría si negase
que fuiste vos
el que me despertó a luchar.
que en esta lucha
vos ya no estás
Mentiría si negase
que fuiste vos el que
me despertó a luchar
No estamos apagados
y con un beso me podes despertar.
No te comas la novelita
Abrite al crecimiento universal.
Mentiría si dijese
que en ésta lucha
vos ya no estás
Sería aún más ciego
si diría que no salís
al barrio a embarrar
Si el verde te dio la vida
proclamas unirte a ellos
en las oscuras avenidas.
Y tu sol amanece
y los cielos se enmudecen.
La realidad es ya tan obvia
que ni si quiera la podemos
nombrar.
La luz está acá adentro
¡Oh que será!
del día que descubramos
que no estamos limitados
si hundimos los pies
en el mar del pensar.
Porque hoy apagamos la tele
y vivimos la verdad
de poder sentir
que en esta lucha
ya no somos
sólo vos y yo
y nadie más.
Mentiría si negase
que fuiste vos
el que me despertó a luchar.
A la melodía se la hace el sol
Era magia que danzaba
me detenía en el tiempo para apreciarla.
Yo quería llegar a abrazarla
pero cuanto más me esforzaba
más se alejaba.
Mis luchas se tiñeron de negro
me derrumbé ante la represión
y ya no sabía si era el sistema
o era yo que había perdido el corazón.
Era el sueño del joven
sólida, libre y popular.
No había manos sangrando
ni niños sin lugar para volar.
Los niños hacían del cielo su hogar.
Fué entonces que el cielo se abrió
lo lejano y soñado por fín nos gritó
Nuestros ojos cegados ante la claridad
nos dijeron que era momento de actuar.
Las quimeras golpearon la puerta
y con la palabra te invité a luchar
Era el sueño del joven
sólida, libre y popular.
La oscuridad de tantos murió
y los tronos se quemaron en el sol.
Se nos acercó el mundo revolucionado
las quimeras nos golpearon la puerta
y no hubo voces que no se oyeran gritar
Te encontré en la noche de la lucha
y te dije ¡ahora sí nos escuchan!
porque con la palabra me invitaron a luchar.
Porque con la palabra me invitaron a luchar.
me detenía en el tiempo para apreciarla.
Yo quería llegar a abrazarla
pero cuanto más me esforzaba
más se alejaba.
Mis luchas se tiñeron de negro
me derrumbé ante la represión
y ya no sabía si era el sistema
o era yo que había perdido el corazón.
Era el sueño del joven
sólida, libre y popular.
No había manos sangrando
ni niños sin lugar para volar.
Los niños hacían del cielo su hogar.
Fué entonces que el cielo se abrió
lo lejano y soñado por fín nos gritó
Nuestros ojos cegados ante la claridad
nos dijeron que era momento de actuar.
Las quimeras golpearon la puerta
y con la palabra te invité a luchar
Era el sueño del joven
sólida, libre y popular.
La oscuridad de tantos murió
y los tronos se quemaron en el sol.
Se nos acercó el mundo revolucionado
las quimeras nos golpearon la puerta
y no hubo voces que no se oyeran gritar
Te encontré en la noche de la lucha
y te dije ¡ahora sí nos escuchan!
porque con la palabra me invitaron a luchar.
Porque con la palabra me invitaron a luchar.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Cambios de roles entre la naturaleza y la pasión
El paisaje era tan exigente como su piel
No podías esconderte de él
Y no había espacio represor en dónde él no pudiera
manifestar su belleza.
En los más recónditos lugares lo encontrabas
O encontrabas una parte de él
que te seducía impune
que te conquistaba inevitablemente.
Si te proponías no verlo, él se mostraba aún más
A veces era bello e indescriptible
Otras era perfectamente saboreable
como observable.
Rugían sus ojos cuando el sol se reflejaba en ellos
rugían sus ojos
gemía mi alma
cantaban mis cielos
lloraba la soledad.
Cargamos de ansiedad y expectativa el encuentro
No me proponía que sucediese
Tampoco esperaba fundirme tanto
y de aquel modo en su piel
Pero su cuerpo, su arquitectura
era tan ágil e imparable como la pachamama que le había dado
la vida.
A veces lo confundía con ella
a veces él se convertía en ella
Y muchas otras, su piel sabía a madre selva.
En el auge de la pasión
sus alas se abrieron
y empezó a planearse en mis interiores
revolucionándome el deseo.
De repente un estallido de jazmín en los labios
Y él se convertía en pachamama otra vez,
haciéndome explorarlo;
la encontraba en cada
rincón de su piel,
en cada gota de vida y de prepotencia que me regalaba su
boca.
Cuando rugían sus ojos
mis ojos imploraban por más.
Eran voceros de mi alma que insistente necesitaba liberar a
gritos el placer que la poblaba.
Cuando rugían sus ojos se podía comprender
cómo es que él
nacía, moría, seducía
y se convertía en pachamama
cuando la soledad lloraba traicionada y vencida.
La luna nos encontraba desnudos de cuerpo y alma
fundidos piel con piel,
ahogados en los ríos y arroyos que se creaban en nuestros
surcos,
cada vez que nos encontrábamos,
proponiéndonos no encontrarnos
y volvíamos a trazar el puente de sudor
que nos conducía a convertirnos
en la pachamama que nos había dado la vida.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Teoría de los días nublados.
La luna iluminaba escandalosa, abrumante e irresistible, a la noche.
La luz era semejante a la que el sol dá para hacer el día.
Al darse cuenta de ésto, así de simple y concreto, el rey de las estrellas se encegueció de celos y de ambición. Fué así que un día, decidió faltar a su trabajo de todos los días, y así eludir su obligación. Se hizo el pícaro escondiéndose detrás de las nubes blancas de algodón y apagó su luz, o simplemente la dejó guardada en un cajón, por ése momento. Para cuando llegase la noche, la luna brillaría con deslumbrante esplendor, pues sería lo único que haya iluminado a la tierra aquel día, devolviéndole ésa vida necesaria y adictiva que las nubes se habían negado a brindar.
La noche llegó, y la luna brindo espontáneamente su show. El sol seguía escondido detrás de las nubes, observándola.
Nadie se había dado cuenta de aquel prófugo escondido, así como nadie había podido descubrir que lo que el sol sentía por la luna era una profunda admiración.
La luz era semejante a la que el sol dá para hacer el día.
Al darse cuenta de ésto, así de simple y concreto, el rey de las estrellas se encegueció de celos y de ambición. Fué así que un día, decidió faltar a su trabajo de todos los días, y así eludir su obligación. Se hizo el pícaro escondiéndose detrás de las nubes blancas de algodón y apagó su luz, o simplemente la dejó guardada en un cajón, por ése momento. Para cuando llegase la noche, la luna brillaría con deslumbrante esplendor, pues sería lo único que haya iluminado a la tierra aquel día, devolviéndole ésa vida necesaria y adictiva que las nubes se habían negado a brindar.
La noche llegó, y la luna brindo espontáneamente su show. El sol seguía escondido detrás de las nubes, observándola.
Nadie se había dado cuenta de aquel prófugo escondido, así como nadie había podido descubrir que lo que el sol sentía por la luna era una profunda admiración.
lunes, 27 de agosto de 2012
Los ojos verdes aquellos
Los ojos verdes aquellos
de cristal húmedo
de lluvia agridulce de realidad
eran sólo unos
y eran sólo aquellos
los que habían sido capaz
no sólo de traspasar el plano de lo real
superándose en todo impedimento físico que apareciera
pudiendo hacerse presentes
en los momentos justos
en que era necesario inundar el ambiente del verde cielo que me atacaba cada vez que me miraban y me gritaban
¡Acá estoy! Nos atraviesa un río, pero podes caerte en mis abismos igual.
Siempre que quieras mis pupilas serán tu sosten
y el iris color madre selva
el que te traslade hacia dónde yo esté amándote
y vos necesites
simplemente, estar amándome.
Los faros que despejaban la neblina
y me reubicaban la brújula siempre que quería encontrarlos.
Siempre fueron tan sólidos como el mirar con el que me conectan
los ojos verdes aquellos.
Siempre serán tan magnetizantes como la energía que me hace ser
lo que soy para que ellos sean en mí
y yo pueda siempre concluir mi hastío
en volver a encontrarlos en el andén del tren
esperando mi llegada, como si todo hubiera sido ayer.
los ojos verdes aquellos.
Siempre serán tan magnetizantes como la energía que me hace ser
lo que soy para que ellos sean en mí
y yo pueda siempre concluir mi hastío
en volver a encontrarlos en el andén del tren
esperando mi llegada, como si todo hubiera sido ayer.
martes, 7 de agosto de 2012
Te quiero - Mario Benedetti
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
sábado, 28 de julio de 2012
miércoles, 20 de junio de 2012
Fotosíntesis de los ideales.
Las palabras
nacen un día, llegan volando sobre el cielo y, a modo de estampida, golpean tu
puerta e impactan la realidad que expresan en su anatomía sobre tu cara, sin
escrúpulo alguno.
Me pasé la
vida buscándolas desesperadamente, para que reviviesen e impulsaran las convicciones
que germinaban en mí ser. Yo sentía que
eran sólo semillas que necesitaban riego para poder florecer lo suficiente para
llegar a otros prados. Pues era desgastante la soledad que sentía al criticar o
poder ver las falencias del cubo dónde nos dicen que estamos sometidos a vivir.
Pero ésas eran las utopías a las que mi personalidad se aferraba para ser sí
misma todo el tiempo, y las raíces que habían echado en mí llegaban mucho más
profundo de lo que yo podía percibir.
Estaban
quienes insistían en podar la vegetación en la que se habían convertido
aquellos ideales. Es que era mucho más sencillo arrancar de cuajo todo lo que
florecía, que salir en búsqueda del oxígeno que necesitaban para florecer. No los culpo. Era sencillo de ver que a ellos
les habían castrado todo terreno fértil desde un principio; pero en mi interior,
las convicciones por las que vivía me reclamaban por más vida.
De un salto
desperté. Algo ardiente me enceguecía y, contradictoriamente, me conducía a
paso firme a quién sabe dónde. La niebla que habituaba en mí andar empezó a
sublimar, me enfrentó con depredadores hambrientos por hacer desaparecer
aquello que llevaba dentro.
Como en una
emboscada abismal un inmenso nubarrón se me acercaba; empecé a correr. Lo que
yo creía raíces se manifestaron como selvas dentro mío, y me exclamaban y
convencían que si no me alejaba a tiempo, iban a estallar dentro mío, para
consumirse y morir.
Ya no sentía
los pies del impulso que había tomado. Pero el inmenso nubarrón era más fuerte
y consistente que yo y me paralizó por completo, aun estando a kilómetros de
mí. Sólo con visualizarlo me petrificó, pero las selvas interiores latían cada
vez con más fuerza en mi pecho y me obligaron a no pensar en cerrar los ojos. Mis
convicciones se hicieron universales en los prados que esperaban poblar y en
ése mismo instante la utopía golpeó mi puerta y me dijo que si podía verla, yo
la estaba convirtiendo en realidad.
Entonces me
elevé en el aire, y ahora el impulso nacía de mí misma. Me estrellé contra el
nubarrón en el mismo instante en que le ganaba la batalla al monstruo
depredador. La nube se hizo polvo blanco que me cubrió por completa. Yo estaba
iluminada y encaminada a llegar dónde siempre había sabido que tenía que ir.
Y me sacudí el
polvo y me fui a encontrarme con las palabras y compañeros de combate que me
estaban esperando.
Las palabras
nacen un día, llegan volando sobre el cielo y, a modo de estampida, golpean tu
puerta e impactan la realidad que expresan en su anatomía sobre tu cara, sin
escrúpulo alguno.
Están
preparadas para despertarte, sometidas a que dejes ser y asumas como propios a
los ideales que nacieron y florecieron en tu interior. Para que construyas el
puente que los lleve a convertirse en realidad.
martes, 29 de mayo de 2012
Recetario un tanto entrabalenguado
Recetas para acelerar el olvido y disfrutar de los sedimentos del sentimiento
falta carácter que nos dirija hacia lo que sacie nuestra necesidad
sin volver a arrastrarnos al dudoso e inconcluso pasado, por más que golpee nuestra puerta constantemente.
Condimentos que hacen del camino un poco más transitable, disturbios que aparecen taciturnos desafiándonos a superarnos constantemente.
Posibilidades y caminos estrechos, como nodos se presentan. Retándonos a saber cómo mover las piezas del tablero para poder sacarnos de encima el jaque mate al que parece que estamos condenados.
No sé si estás
si esperás
si estoy en vos
si soy si te veo, no te veo. No tengo ojos en ésos prados lejanos.
No lo permito.
Recetas para condimentar las posibilidades que no sé si es que están o se camuflan a lo camaleón para persistir; para hacer nacer la tentacion o destruir la poca resistencia que me queda a volver a saber
si es que estás,
si es que esperas,
si es que estoy en vos,
si es que soy si te veo. Dejarme verte, tener los ojos exclusivamente para tus prados tan cercanos.
No lo permito.
falta carácter que nos dirija hacia lo que sacie nuestra necesidad
sin volver a arrastrarnos al dudoso e inconcluso pasado, por más que golpee nuestra puerta constantemente.
Condimentos que hacen del camino un poco más transitable, disturbios que aparecen taciturnos desafiándonos a superarnos constantemente.
Posibilidades y caminos estrechos, como nodos se presentan. Retándonos a saber cómo mover las piezas del tablero para poder sacarnos de encima el jaque mate al que parece que estamos condenados.
No sé si estás
si esperás
si estoy en vos
si soy si te veo, no te veo. No tengo ojos en ésos prados lejanos.
No lo permito.
Recetas para condimentar las posibilidades que no sé si es que están o se camuflan a lo camaleón para persistir; para hacer nacer la tentacion o destruir la poca resistencia que me queda a volver a saber
si es que estás,
si es que esperas,
si es que estoy en vos,
si es que soy si te veo. Dejarme verte, tener los ojos exclusivamente para tus prados tan cercanos.
No lo permito.
domingo, 11 de marzo de 2012
Resurrección de un sentimiento al borde del suicidio
Pensé que ya no me movilizabas tanto
como ayer
creí que se habian extinguido los
universos que creabas en mí
pero en un nuevo big bang recreaste
toda magia adormecida
dejándome incrédula ante lo que aún
vive adentro mío e ignoraba.
Quizás en el afán de poder controlar
al corazón me mentí dando por muerto a tanto amor.
Es que me encontré en pleno funeral
simulando una viuda negra que no sabía ver la mentira que me estaba
haciendo creer.
No es que tenga miedo
o que el desgaste haya sido mayor
Simplemente éste empate ya no me
basta, y el eterno jaque mate en que me dejas el alma me reveló los
silencios. Y en la revolución interior que desperté o despertaste,
me redescrubro con el corazón al aire y tan poco vulnerable a tus
intentos mediocres de llevartelo contigo otra vez.
Me volví exigente, y lo barato ya no
me alcanza ni para el placer;
lo que dabas porque sí ya ni excita.
Si es que la valentía es el paso
primordial para amar
pretendo que sea igual de exigente para
ambos.
Y no se trata de ser sofisticado e
ingenioso
se trata de aprendre a abrir los ojos
antes de exigirle al de al lado que observe con atención.
Nunca fuí precavida y te amé más de
lo que mis propios límites me lo permitían
Y no hay juez que pueda dictaminar que
caí en egoismo alguno ya que a la inmensidad de madres selvas que
generabas las mataste al condenarlas a cequía eterna o a ponerlas en
pausa y hacerlas morir por un poco de tus diluvios ipnóticos.
Con hambre no se puede ni exigir
y los cielos fallecieron exaustos de
agonía.
Si has de guardar planes bajo la manga,
que el propio destino te demuestre que con el placer no basta para
besuquear con locura un corazón y mucho menos para llevar en tu
andar su condimento de felicidad que te suma.
Ésa misma felicidad que te permitió
querer apostar a todo aún siendo el más cobarde de todos.
La semilla era mágica y floreció en
tus campos
y si la aucencia de riego le quito
vida, aplícale primeros auxilios a sus raices, por más que ya ni se
acuerden de tus labios.
jueves, 8 de marzo de 2012
Argumentos desvariados para abandonar el caos.
Ya encuentro en el brillar de las
estrellas nocturnas tu mirar que me desarma vengativo.
Es que pretendo desviarme del camino
y dejar de tropezarme con la misma
piedra; pues la atrapé y la lancé lejos, lejos.
Es eterno el concluir y el pesar de los
días
los deseos intocables
y las fantasías insistentes que te
reviven y dan vida contínuamente en mí.
Tus labios serán eternamente míos
tu corazón ya no late por mí
ni el mío lo hace por tí
Y es un reto corazón, el que podamos
soltar el timón
y dejar que el oleaje diriga a éste
barco.
Que nos lleve hasta alta mar
dónde podamos escapar del intento
suicida de hacerlo naufragar.
Sabes que no nos podemos amarrar aún
más
y que su mirar me derrite, y no puedo
impedirlo
no puedo detener el impulso de
liberarme de cuánta cadena me detenga a aferrarme a su espalda.
Sabes que te dí de mí hasta lo que no
tenía
y que me quedé sin proviciones para
amar; por éso no quiero perder ésta jugada.
Ya entregué el as bajo la manga, y
tengo el trebol de cuatro hojas en un marchitar eterno.
Y si sus alas vuelven a batirse cerca
mío, te juro que remontaré vuelo hacia el naufragio de su ser.
Recuperaré la agilidad con la que me
desenvuelvo en la ogera de euforia que me domina, y me iré lejos;
sin brújula de alfiler que me guíe; dónde encuentre su
inescrupulosa realidad; dónde me una a su andar sin tiempos, a su
desdichado destiempo que tanto me ipnotiza.
Sabes que te dí de mí hasta lo que no
tenía,
y que no suene a reproche
es una poesía más dónde explico lo
que me es imposible al mirarte a los ojos
Las alas agitadas y ansiosas por volar
a dónde no tengo idea que podría estar
te ruegan;
Y pretenden volver a hacer germinar lo
tan deseado
a renacer de la tragedia y perderme en
los confines de lo desconocido,
de la utopía de que no haga otra cosa
que perderse en mi boca.
El rompecabezas se desarmó y dejo por
fín de romperme la cabeza
luego de habermela roto yo misma contra
tu pared testaruda.
Ábrete vuelo conmigo y que en el andar
descubras tánta pasión cómo la que pretendo derrochar en su
anatomía; tanta música como la que oíre en su orquesta de gemidos.
Desarmate del pasado y verás que es
sólo un lapso de tiempo más hasta lograr el auge de plenitud en tu
andar, y en el mío, y en el de todos los demás.
jueves, 1 de marzo de 2012
Simplemente
De nuevo a los ruedos
y parece que fuera la primera vez
porque tu mirada febril
me hace sentir tan principiante
me paraliza me detiene me inmoviliza.
Es desesperante y hermoso
la incertidumbre el apaciguamiento que
me domina.
Es que hace tanto que vivis en mí
en silencio, precioso y ruín
y de repente me supera
me supera a mí misma
la necesidad de tu cercanía
de que escuches mi voz
de que descubras mi arte
y compartas el tuyo
de verte y que veas que estuve aquí
esperándote, paciente y decidida.
No sé si es ingenuidad
o poca cordura lo que me agarra cuando
te impactás en mí
Pero quiero derretirme en vos
derrumbar lo incierto y al ayer.
Que el hilo de la voz sea solo uno
y bueno lo demás será
así como fué que viviste tanto tiempo
aquí
y lo sigues estando
mientra aguardo o descubro cuál es el
paso que hay que dar.
miércoles, 15 de febrero de 2012
La sinuosidad no es azarosa.
Los ojos se me desbordan solos
por no poder desbordar el sentir
ni permitir que explote lo que tengo para decir
lo que siento que debo ser
lo que pretendo de mi vida.
El estancamiento enferma
y no es sano detenerse por
no animarse a avanzar.
Por el miedo inaudito
que nos tiende la trampa
de creer que no servimos para tal o cual persona, acción, discurso, carrera, en fin.
Si algo aprendí es que en este mundo o sos vos mismo o el mundo te atrapa
y no te suelta más
y no te vuelve a soltar hasta que te vuelvas a encontrar
con lo que sos, con lo que naciste para ser.
Y las trabas están, el camino no es tan claro
y la neblina suele ahogar
pero la vida no sería vida sin tropezones
ni moretones en las rodillas
sin ojos colorados de lágrimas
ni corazones rotos;
La lágrima derramada hará que la felicidad al fín culminada tenga el sabor a victoria debido.
Porque la sinuosidad del camino no es azarosa, si nos detenemos a pensar, sin dejar de avanzar.
Si nos detenemos a criticarnos para crecer, sin dejar de volar.
Porque hay que ir a dónde nunca fuimos
y descubrirnos a nosotros mismos latiendo en la naturaleza abismal y en su energía, que es la que nos dió la vida.
Y cuando comprendamos al fin que el universo
nos proporcionará lo que necesitemos para llegar
para sentir, para ser, y concretar nuestras realidades;
todo llegará... Y el camino va a ser más claro que nunca.
Y el camino va a ser camino, que nos conduzca sin titubeos al encuentro final, donde todas las incógnitas se derrumben, dónde todas las dudas desaparezcan; al encuentro inicial dónde no necesitemos de la aprobación de los demás para encontrarnos a nosotros mismos.
Cuando encontremos la paz necesaria para caminar felices con nosotros mismos, no habrá palabra que valga.
por no poder desbordar el sentir
ni permitir que explote lo que tengo para decir
lo que siento que debo ser
lo que pretendo de mi vida.
El estancamiento enferma
y no es sano detenerse por
no animarse a avanzar.
Por el miedo inaudito
que nos tiende la trampa
de creer que no servimos para tal o cual persona, acción, discurso, carrera, en fin.
Si algo aprendí es que en este mundo o sos vos mismo o el mundo te atrapa
y no te suelta más
y no te vuelve a soltar hasta que te vuelvas a encontrar
con lo que sos, con lo que naciste para ser.
Y las trabas están, el camino no es tan claro
y la neblina suele ahogar
pero la vida no sería vida sin tropezones
ni moretones en las rodillas
sin ojos colorados de lágrimas
ni corazones rotos;
La lágrima derramada hará que la felicidad al fín culminada tenga el sabor a victoria debido.
Porque la sinuosidad del camino no es azarosa, si nos detenemos a pensar, sin dejar de avanzar.
Si nos detenemos a criticarnos para crecer, sin dejar de volar.
Porque hay que ir a dónde nunca fuimos
y descubrirnos a nosotros mismos latiendo en la naturaleza abismal y en su energía, que es la que nos dió la vida.
Y cuando comprendamos al fin que el universo
nos proporcionará lo que necesitemos para llegar
para sentir, para ser, y concretar nuestras realidades;
todo llegará... Y el camino va a ser más claro que nunca.
Y el camino va a ser camino, que nos conduzca sin titubeos al encuentro final, donde todas las incógnitas se derrumben, dónde todas las dudas desaparezcan; al encuentro inicial dónde no necesitemos de la aprobación de los demás para encontrarnos a nosotros mismos.
Cuando encontremos la paz necesaria para caminar felices con nosotros mismos, no habrá palabra que valga.
jueves, 2 de febrero de 2012
El rito salvaje (5/05/2010)
Era aún mejor que en mis sueños.
Por momentos, el aire se volvía de cristal, para luego ser
humo, para así viajar en nuestros interiores.
Ninguno de los dos podíamos comprender lo real de tener al
otro allí, respirando del mismo aire, exhalando una misma bocanada. No nos
interesaba, ni más ni menos. Si, al final de cuentas, estábamos allí por haber
desafiando las leyes de la racionalidad. Ninguno de los dos sabíamos qué iba a
suceder. Y eso era parte de la magia.
Mis manos insistían en probar que están hechas para viajar
por su piel, y yo no me opuse a nada que el corazón sintiese. Cerraba los ojos,
y dejaba al cuerpo jugar por sí solo. Jugar.
Antes del ritual, las miradas se cruzaron, y una sonrisa se
esbozó. Un hilo invisible que nos unía, nos atrajo a escasos milímetros del
otro. Nos unió. El confiaba en mi imaginación, y yo sentía suficiente placer
como para dejarla fluir. Nuestras bocas eran ahora una, y resonaban en la
habitación, haciendo de nuestra danza, lo único en el universo. Las manos
viajaban sobre los hombros, y sus brazos me atrapaban, para no soltarme más, me
atrapaban con la euforia de recorrer los dedos y las palmas de las manos sobre
mi piel. Una gota de sudor, y otra. Un susurro en el oído. Un gemido. Las
piernas enredadas, los pies bailando. Ahora sí era yo, ahora sí el amor que
tenía dentro llegaba hasta él, para volver transformado hacia mí, conectado a
su belleza.
La noche se extendía, y los relojes se derretían. No había
tiempo. La burbuja espacial en la que moríamos, para renacer de las cenizas,
remontando vuelo hacia el ardor, era la única capaz de darnos lo que
necesitábamos para mantenernos vivos.
Tomé sus manos, y lo miré a lo verde de sus ojos. Le charlé
largo rato, pero sin voz y sin palabras. Y el sonreía, para decirme que
entendía todo lo que le decía, mirándolo. Con un dedo, conté los lunares de su
cara. Intenté memorizarlos. Pero fue inútil, mi boca volvía a terminar
enredada, siendo una con la suya. Y la danza de las manos y las piernas, al
unísono, volvía a invocarse.
Una y mil veces, te dije te amo, temía que lo olvides. Otras
miles de veces, te tomé de la mano. Y eso fue para sentirte más aún a mi lado.
Cuando el ritual comenzaba, la música y el fuego en mi mente terminaba
proyectada en esos dos cuerpos desnudos, hechizados. No había principio ni
final. Y lo agradecí, lo sentí. El cosquilleo en el pecho, el corazón latiendo,
y las mariposas en el estómago. Yo resonaba, ilimitada, en tus brazos, tal cual
mi verdad era, tal cual mi amor nacía y vivía en vos. Y vive. Vos y el
rimbombante sabor, de unos besos mojados, justo a tiempo, recibían los aplausos
de mis labios. Ahora no hay principio ni final. Y te digo te amo, porque siento
hacerlo. Para poder volver a mirarte a los ojos. Yo se que no lo vas a olvidar.
Una gota de tiempo, un terrón de azúcar en el té. Orgasmos
múltiples sellados en las paredes de la cómplice habitación que nos había
visto, victoriosos, amándonos. Abrazados despertamos, no había manera de
explicarlo. El placer y la lujuria del rito salvaje, decían que nuestros
cuerpos y sus rasgos encajaban como piezas de rompecabezas. Nos decían que
teníamos el don de encontrar el punto justo, para hacer al otro explotar de
amor. El punto justo para encender la llama de la pasión, avivarla, y que nunca
extinga.
lunes, 9 de enero de 2012
Y entonces una trompada que cachetea la realidad
tus palabras escondidas que derrumban toda alegría que podría abelgar.
No quisiera regalar aquello que creo que vale millonadas de mi andar
ni morirme deseando que esos labios mencionen mi nombre con el deseo y la certeza de un sentimiento
Quiero encontrarme para ser
para andar libre de los miedos
de los míos y los tuyos
tus palabras escondidas que derrumban toda alegría que podría abelgar.
No quisiera regalar aquello que creo que vale millonadas de mi andar
ni morirme deseando que esos labios mencionen mi nombre con el deseo y la certeza de un sentimiento
Quiero encontrarme para ser
para andar libre de los miedos
de los míos y los tuyos
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