jueves, 30 de junio de 2011

Será mejor quedarse quieto y esperar

Me pregunto hasta que punto las leyes de causa y efecto interfieren en nuestra vida
y en qué momento somos nosotros los verdaderos responsables de los cambios.
Hay cosas que hay que dejarlas ser,
otras que hay que dejarlas llegar en el momento preciso,
y están, por las que hay que luchar.

Y aunque es sencillo de enunciar, a veces quisiera tener la facilidad para diferenciarlas, y así saber cuando actuar, cuando dejar ser, y cuando salir a la batalla, persiguiendo los sueños.

Y sentirme verdaderamente capaz de hacerte ver ciertas cosas,
para gozar del frenesí de la diversidad de sonidos que la naturaleza nos brinda,
para reproducir el sin fin de emociones que se hacen y deshace cuando me besas y cuando dejas de hacerlo.

Y aunque es complicado intentar estructurar los corazones, hay ciertos destinos que ya están escritos. Y no podemos hacer nada contra ello.

Y sacarle el trono de dictador a los miedos, y tomar las riendas de nuestro camino.
Desestructurar el pensar tan agobiante, y el andar tan desesperante cuando no encuentro punto intermedio entre el deseo y el temor.

Y aunque la inmensidad de tu adiós pretenda destruir tanto amor, acepto las realidades y dejo en manos del destino mi capacidad de mostrarte nuestro complemento, amor.

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