Recobran vida los deseos nocturnos de internarme en el infinito refugio de tu piel salvaje, indomable, irresistible.
Me despierta la realidad tardía de tu presencia tan ausente, de mi imposibilidad de darte más de lo que me surge ser cuando conmigo estás. De nunca lograr concluir en el porque y para que de las cosas.
Cada día el aroma de la vegetación que se expresa para mi alegría, me trae tu dulce perfume, para reconfortarme y volver a creer que no hay manera de escapar del sentimiento que me moviliza, enciende, lastima y revive.
Si cada segundo colgada en tu mirada me enciende las mil lunas que aguardan por iluminar nuestros caminos.
Si el sentir tu mano aferrada a la mía, en ésos abrazantes caminares a la par, me reintegran en el hoy de la eternidad de desintegrar los miedos, estrellándolos en el agujero negro del olvido, en el que me protejo de no caer, caminando por su cornisa.
Si recurro a tu sentir y pensar, para encontrarme en vos. Para redescubrirme en lo mejor de tu existir, en lo que me complementa, en el espejo de mis errores y temores, en volver a encontrarme en cada palabra de tus labios, para que en mis besos te identifiques sin temores.
Cuanto es y de que manera lo que encuentro en vos, para reproducir, sanar y crecer. Que termina por cortar el impulso de estremecerme y abandonar el sueño de descubrirnos.
Recobrando la vida los deseos, del flujo eterno de energía misteriosa del fluir del palpitar de mi piel en la tuya, siendo dos sujetos totalmente ajenos uno de otro, que se reconocen siendo uno.
1 comentario:
hermosoooooooooooooooooo
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