miércoles, 23 de marzo de 2011

Día de la memoria

Es arte reprimido la cotidianeidad con la que la rutina se presentaba, con las lenguas enredadas, la boca cocida y los pies encadenados. Mientras ellos creían que mediante éstos actos físicos iban a lograr matar lo que pretendían.
Algunos hoy nos preguntamos si en realidad eran ingenuos o eran ciegos.
¿Es alguien verdaderamente capaz de destruir algo? Algo puro, limpio, natural, necesario, humano.
Con tinta roja, con la sangre de inocentes y culpables derramada, las hojas de la memoria se cellan. Reviviéndola a cada instante para un pueblo en el que las heridas no cierran y el futuro le llegó hace rato; intentando pasar por alto el ayer desaparecido. Intentando pasar por alto un ayer que nunca desapareció por el simple hecho de intentar desaparecer ideales, artes y expresión.
Con tinta roja, subrayamos las heridas que nos marcaron el alma.
Con tinta roja, para no olvidar la sangre derramada de nuestros hermanos.
Con tinta roja, la historia se rememora, y se revive a los luchadores, a los perseguidores de sueños, a quienes peleaban por un mundo mejor.
Con tinta roja, los condenamos a todos.
Los condenamos a la memoria eterna, al castigo.
Luchando con las deficiencias de la libertad actual, para poder descansar en paz el día que vivan y mueran tras las rejas.

Natali E. Kessler

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