lunes, 27 de agosto de 2012

Los ojos verdes aquellos



Los ojos verdes aquellos
de cristal húmedo
de lluvia agridulce de realidad
eran sólo unos
y eran sólo aquellos
los que habían sido capaz
no sólo de traspasar el plano de lo real
superándose en todo impedimento físico que apareciera
pudiendo hacerse presentes
en los momentos justos
en que era necesario inundar el ambiente del verde cielo que me atacaba cada vez que me miraban y me gritaban
¡Acá estoy! Nos atraviesa un río, pero podes caerte en mis abismos igual.
Siempre que quieras mis pupilas serán tu sosten
y el iris color madre selva
el que te traslade hacia dónde yo esté amándote
y vos necesites
simplemente, estar amándome.
Los faros que despejaban la neblina
y me reubicaban la brújula siempre que quería encontrarlos.
Siempre fueron tan sólidos como el mirar con el que me conectan
los ojos verdes aquellos.
Siempre serán tan magnetizantes como la energía que me hace ser


lo que soy para que ellos sean en mí


y yo pueda siempre concluir mi hastío


en volver a encontrarlos en el andén del tren


esperando mi llegada, como si todo hubiera sido ayer.

No hay comentarios: