miércoles, 15 de febrero de 2012

La sinuosidad no es azarosa.

Los ojos se me desbordan solos
por no poder desbordar el sentir
ni permitir que explote lo que tengo para decir
lo que siento que debo ser
lo que pretendo de mi vida.
El estancamiento enferma
y no es sano detenerse por
no animarse a avanzar.
Por el miedo inaudito
que nos tiende la trampa
de creer que no servimos para tal o cual persona, acción, discurso, carrera, en fin.
Si algo aprendí es que en este mundo o sos vos mismo o el mundo te atrapa
y no te suelta más
y no te vuelve a soltar hasta que te vuelvas a encontrar
con lo que sos, con lo que naciste para ser.
Y las trabas están, el camino no es tan claro
y la neblina suele ahogar
pero la vida no sería vida sin tropezones
ni moretones en las rodillas
sin ojos colorados de lágrimas
ni corazones rotos;
La lágrima derramada hará que la felicidad al fín culminada tenga el sabor a victoria debido.
Porque la sinuosidad del camino no es azarosa, si nos detenemos a pensar, sin dejar de avanzar.
Si nos detenemos a criticarnos para crecer, sin dejar de volar.
Porque hay que ir a dónde nunca fuimos
y descubrirnos a nosotros mismos latiendo en la naturaleza abismal y en su energía, que es la que nos dió la vida.
Y cuando comprendamos al fin que el universo
nos proporcionará lo que necesitemos para llegar
para sentir, para ser, y concretar nuestras realidades;
todo llegará... Y el camino va a ser más claro que nunca.
Y el camino va a ser camino, que nos conduzca sin titubeos al encuentro final, donde todas las incógnitas se derrumben, dónde todas las dudas desaparezcan; al encuentro inicial dónde no necesitemos de la aprobación de los demás para encontrarnos a nosotros mismos.
Cuando encontremos la paz necesaria para caminar felices con nosotros mismos, no habrá palabra que valga.

1 comentario:

Irina dijo...

hermoso natiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

"Porque hay que ir a dónde nunca fuimos
y descubrirnos a nosotros mismos latiendo en la naturaleza abismal y en su energía, que es la que nos dió la vida." :O ♥