domingo, 11 de noviembre de 2018

Puntos Suspensivos

Con una mayúscula, antecedida por una sangría arranca un párrafo.
Los puntos indican el fin de una oración. El fin de una seguidilla de palabras que pretenden decir algo.
Cuando lo que hay que decir todavía no se ha solidificado ni en nuestro corazón lo que se expresa son murmullos, gemidos, susurros, del alma.
Esta historia está por arrancar por los puntos suspensivos en que tengo este sentimiento.
Como una de mis novelas favoritas, hemos dado vuelta la página. Con la certeza de escribir un nuevo capítulo.
El hilo conductor que nos trajo hasta aquí pende de un hilo.
El desenlace se bate a duelo con el nudo de esta historia.
Desde una perspectiva celestial, cual dios. Observamos alejados la batalla que estamos brindando nosotros mismos por el camino que tome la continuidad de esta historia.
Desde una perspectiva en la cual nos sentimos ajenos a la distancia en la que la vida nos ubicó para atravesar este trance.
Casi que como pochoclos mientras observo el reloj de arena, que demora años en dejar caer un grano.
Ya no se como darle cuerda al tiempo detenido en el instante en que me encuentras.
Resulta que el conflicto espacial en el que nos encontramos ha desintegrado el tiempo
Más bien lo ha reubicado y ahora el tipo corre en círculos
No tiene ni principio ni final esta historia
Es un círculo
En el cual una y otra vez nos chocamos con nosotros mismos
Con nosotros mismos cuando somos con el otro
Con nosotros mismos cuando estamos dentro del otro
Con nosotros mismos cuando estamos sin el otro
Ahora que no sabemos qué decir
Ahora que no sabemos qué sentir
Ahora que no podemos enfrascar esta porción de realidad
El amor se hace finito
La pasión incomparable
Los besos indiscutibles
La realidad cuestionable
Y yo renacida.
No hay manera de terminar de concluir el desenlace que nos muestre la salida de este laberinto. Más  que arrancando este nuevo capítulo de la historia en los puntos suspensivos en los que me dejaste el alma.
No hay manera de atrapar el trozo de realidad que me sucumbe
No hay manera de cerrar el círculo si todos los problemas y soluciones residen en tu boca.

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